SoftBank liquida su inversión en Nvidia para enfocarse en inteligencia artificial
Masayoshi Son, fundador de SoftBank, ha sorprendido de nuevo al mercado al vender la totalidad de su participación de 5.800 millones de dólares en Nvidia. Esta operación no es un movimiento de diversificación, sino un claro compromiso para invertir con mayor fuerza en inteligencia artificial (IA), incluyendo una aportación significativa a OpenAI y un ambicioso proyecto en Arizona para un centro de fabricación de IA valorado en un billón de dólares.
El historial de apuestas audaces de Masayoshi Son
Conocido por sus decisiones arriesgadas, Son alcanzó en 2000 una fortuna de unos 78.000 millones de dólares, tras lo que sufrió una caída importante con el estallido de la burbuja punto com. Su inversión legendaria en Alibaba en el año 2000 tras una breve reunión de seis minutos con Jack Ma se transformó en un patrimonio valorado en 150.000 millones de dólares, consolidando su reputación como un inversionista visionario.
Sin embargo, su historial también incluye movimientos problemáticos como la compra masiva en Uber y el controvertido respaldo a WeWork, que le costaron miles de millones. Aun así, Son mantiene su impulso y esta liquidación total en Nvidia representa una de sus maniobras más decisivas, destinada a enfocar su capital en el enorme potencial de la IA.
Impacto en el mercado y opiniones de analistas
Tras el anuncio, las acciones de Nvidia han caído cerca del 3%. A pesar de ello, los expertos señalan que esta venta no debe interpretarse como una señal negativa respecto a la compañía, sino como una necesidad de SoftBank de obtener liquidez para financiar sus nuevas metas en IA. La salida se realizó a un precio cercano al máximo histórico, aunque no está exenta de cierto malestar por parte de Son, teniendo en cuenta que previamente vendieron acciones por debajo de su valor actual, perdiendo millones en aquel momento.
¿Cuál es la visión de SoftBank para el futuro?
SoftBank planea destinar hasta 30.000 millones de dólares en OpenAI, además de articular una participación en el desarrollo de un enorme centro de IA en Arizona. Este giro radical hacia la inteligencia artificial refleja la creencia de Son en que esta tecnología es la próxima frontera para transformar industrias y mercados globales.
El movimiento genera incertidumbre en Wall Street, donde se cuestiona si Son posee información sobre tendencias futuras que aún no son evidentes para otros inversores. Su trayectoria sugiere una mezcla de audacia y visión, lo cual mantiene al mundo empresarial atento a sus próximos pasos.
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