Nuevo análisis de muestra Apollo redefine la historia temprana de la Luna

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Un hallazgo revolucionario sobre la historia lunar

Un fragmento lunar recolectado en la misión Apollo 17, conocido como muestra 76535, ha desafiado durante décadas la comprensión científica sobre los impactos que moldearon la Luna. Recientes simulaciones computacionales lideradas por el científico planetario Evan Bjonnes, del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore, sugieren que esta roca fue transportada a la superficie no por el impacto más grande de la cuenca Polo Sur-Aitken, sino por un impacto anterior y masivo: el que formó la cuenca Serenitatis.

Implicaciones del nuevo análisis

Con esta nueva evidencia, la fecha estimada del impacto que creó la cuenca Serenitatis se adelanta a aproximadamente 4.25 mil millones de años, es decir, unos 300 millones de años antes de lo que se creía previamente. Esto obliga a reevaluar el cronograma de impactos lunares y también la historia de bombardeos de la Tierra y otros planetas interiores, ya que la Luna a menudo se utiliza como referencia para calibrar estos procesos debido a la erosión geológica en nuestro planeta.

¿Cómo se explica el traslado de la muestra lunar?

El estudio utilizó modelos avanzados para simular el colapso y formación de los enormes cráteres. Los resultados muestran que en la fase final de formación de un cráter gigante, materiales profundos pueden elevarse suavemente hasta la superficie sin sufrir los daños normalmente esperados por choques violentos. Así, el fragmento encontrado por Apollo 17 pudo salir de la profundidad por la misma cuenca Serenitatis, disipando la necesidad de un impacto adicional para su transporte.

La importancia del legado Apollo y futuras misiones

Este descubrimiento subraya el valor perdurable de las muestras lunares y de las tecnologías contemporáneas para reinterpretar materiales históricos. Además, se recomienda que futuras misiones apostadas en grandes cuencas lunares busquen fragmentos «desplazados» para continuar profundizando en la cronología del bombardero temprano del sistema solar.

Para más detalles sobre la publicación original, visite el artículo en Geophysical Research Letters.

Este hallazgo se alinea con el interés científico por el estudio de la Luna y los impactos antiguos, temas relacionados que también se han explorado en otros artículos recientes, como la misión Artemis 2 de la NASA para orbitar la Luna en 2026.

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