Mecanismos genéticos compartidos que sustentan la vida social en abejas y humanos

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Descubrimiento de mecanismos genéticos comunes entre abejas y humanos para la vida social

Un estudio reciente revela que ciertos mecanismos genéticos antiguos y conservados influyen en la vida social tanto de abejas como de humanos, a pesar de que estas especies divergieron hace más de 600 millones de años. Este hallazgo sugiere que la sociabilidad tiene raíces moleculares profundas que han perdurado a través de la evolución.

Variabilidad genética en el comportamiento social de las abejas

Investigadores de la Universidad de Illinois analizaron el comportamiento social de abejas melíferas (Apis mellifera) utilizando tecnologías avanzadas como la secuenciación del genoma completo y el análisis del transcriptoma cerebral. Al monitorizar colmenas con abejas equipadas con códigos de barras, pudieron rastrear interacciones sociales específicas, como la trofallaxis, que es el intercambio de alimento nutritivo entre individuos.

Se identificaron 18 variaciones genéticas asociadas con esta conducta social, incluyendo variantes en los genes neuroligin-2 y nmdar2, que anteriormente se habían relacionado con trastornos del espectro autista en humanos. Además, se encontró que más de 900 genes tenían una mayor expresión en cerebros de abejas más sociales.

Implicaciones evolutivas y biológicas

Estos resultados sugieren que existen bloques moleculares fundamentales para la sociabilidad que se conservan a lo largo de miles de millones de años y en especies tan distintas como las abejas y los humanos. La emergencia de la vida social en ambos grupos podría apoyarse en estos mecanismos genéticos comunes, lo que plantea nuevas preguntas sobre la evolución y la complejidad del comportamiento social.

Según los autores, este estudio combina el monitoreo automatizado de interacciones sociales, la secuenciación genética y la transcriptómica cerebral para identificar raíces moleculares de la sociabilidad que atraviesan la filogenia de especies divergentes.

Avances tecnológicos en el estudio del comportamiento social

La investigación se benefició del uso de colmenas observacionales con paredes de vidrio y sistemas automatizados para rastrear el comportamiento individual de las abejas durante la mayor parte de su vida. Esto permitió correlacionar la actividad social con la estructura genética y la expresión génica cerebral en un nivel sin precedentes.

Para más detalles del estudio, consulte la publicación original en PLOS Biology.

Conclusión

Este descubrimiento no solo enriquece nuestra comprensión del comportamiento social y su base genética en diferentes especies, sino que también abre vías para investigar cómo estos mecanismos pueden influir en trastornos sociales humanos, y cómo la biología evolutiva conecta fenómenos aparentemente dispares.

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